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El síntoma de Jeremías.
Pastor Abraham Luciano
Un síntoma es la señal de que hay una enfermedad. ¿Cuál era la enfermedad de Jeremías o la causa del síntoma?
Todo el que predica la verdad de Dios, tendrá esos síntomas, porque el llamado es más fuerte que el que predica. Es importante entender que el llamado de Jeremías no fue fácil, él no tenía el tipo de mensaje donde los aplausos o la ovación de la gente son imparable. Jeremías tenía un mensaje de lo que la gente no querían escuchar.
Jeremía empezo a declarar lo siguiente:
7Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. 8Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. 9Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. 10Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza. Jeremías 20:7-10
Jeremías pasó por el desánimo, tenía que aceptar su llamado no por los resultados, sino por obediencia, dejando que Dios diga y haga lo que en su soberanía quería. Este tipo de llamado en estos tiempos es sinónimo de fracaso, ya que todo es medido según los grandes resultados. La verdad es que siempre habrá resultado, sea visible o no. Pero el resultado que se ve sirve de motivación para creer en lo próximo.
Jeremías se vio peleando contra la voluntad de Dios. Su lucha empezó cuando él quería imponer lo que él quería, para que el asunto fuera más fácil, pero Jeremías hablando de Dios dice: más fuerte fuiste que yo, y me venciste…
En nuestro llamado no debemos acomodar el asunto a nuestra voluntad y a las cosas que nos gustan. No debemos luchar contra la voluntad de Dios, porque al final lo que debe triunfar es la voluntad de Dios, aunque seamos encarnecido.
Jeremías dijo: cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí.
Es normal que la reacción de Jeremías fuera tratar de que esa situación de todos los días cambiara. Era una situación de deshonra, de ofensa. Jeremías consciente de la razón que causaba esta situación deprimente llega a la conclusión de que la palabra de Jehová le ha sido para afrenta y escarnio cada día. En el caso de otros predicadores interpretan que por causa de su propia palabra es el problema y buscan las formas de cambiarla, pero Jeremía no tenía opción, él sabía que la palabra era de Dios.
Cuando Jeremías decide no hablar, él no puede dejar de decir lo que Dios está diciendo, ya que en él está lo que viene en un verdadero llamado, un fuego sobrenatural. Es por eso que le escuchamos testificar: …había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude.
Hebreos lo dice de esta forma:
7Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego. Hebreos 1:7
Dios es el que hace a sus ángeles y a sus ministros de la forma que Él ha determinado. Los tiempos o la moda del momento no es la que nos debe dar forma, somos como Dios lo ha determinado en su propósito.
Jeremías sabía que era diferente y que sus resultados eran muy pobre. Según la idea de lo que el hombre llama éxito, Jeremías estaba en fracaso, pero el que hace la voluntad de Dios es el que es un verdadero exitoso. En la forma que Dios ve las cosas es más allá de lo que ven nuestros ojos y más allá de la idea filosófica de lo que hoy se le llama éxito.
En Apocalipsis capitulo tres, está la Iglesia Laodicea la cual es una descripción de una iglesia bendecida según estos tiempos. Esta iglesia era:
1. Rica
2. No tenía necesidad.
Si Jeremías hubiese sido el pastor de esta Iglesia no tendría lamentos porque todos lo iban a mirar con agrado, su éxito según el mundo causaría en otro una gran admiración y no burlas y ofensas. Pero, ¿Cuál estaba mejor? ¿Jeremías o el Pastor de la Iglesia Laodicea de apocalipsis?
Hagamos un recordatorio de lo que Dios le dijo a Laodicea en Apocalipsis 3:14-22:
17Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. 18Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. 19Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. 20He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 21Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 22El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Es sorprendente que lo que se estaba llamando así mismo, rico y sin necesidad, Jesús lo veía como:
1. Desventurado
2. Miserable
3. Pobre
4. Ciego
5. Desnudo.
Yo estoy convencido que lo que vemos en muchas ocasiones como fracaso en nuestro ministerio, es lo que en la voluntad de Dios está bien. ¿Cómo era que estaba la iglesia de Esmirna? En tribulación y pobreza, y Jesús le dijo: …pero tú eres rico. Apocalipsis 2:9
Nuestra victoria debe ser a la manera de Dios. Todo lo que está en la voluntad de Dios está en victoria. La Biblia dice: Hay quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada; Y hay quienes pretenden ser pobres, y tienen muchas riquezas. Proverbios 13:7
El síntoma de Jeremías era un deseo de abandonar la visión por los resultados, no podría decirte que él estaba en depresión, pero si estaba pasando por la ruta que lleva a ella. En la vida todos estamos expuesto a pasar por estas rutas, pero si lo único que hacemos es ir en ella y luego tomamos otra alternativa, no se puede calificar que tenemos depresión. El problema es que no salgamos de la ruta la cual se convertirá en depresión.
Ninguna congregación debe permitir que su pastor se convierta en un trabajador 24/7, 365 días, porque perderá la eficacia y se puede enfermar. Un Conocido siervos de Dios, llevo una vida de oración impresionante, tuvo que dejar de pastorear por 2 años o se moriría. Un siervo tuvo que quedarse en su casa por 4 meses enfermo. Hay veces que se nos olvida que somos humanos con un cuerpo que con el tiempo se puede enfermar.
Es normal que nos sintamos:
1. Triste
2. Ansioso
3. Con el ánimo muy bajo.
4. Preocupados.
5. Sin interés
6. Pensar que lo que estamos haciendo ya no tiene sentido.
7. Cansados o perdida de energía.
8. Tener dificulta para tomar decisiones.
9. Impotencia antes cientos de situaciones.
10. No saber qué hacer.
11. Llegar a pensar que no hay esperanza.
12. Llegará menospreciarnos a nosotros mismo con una autoestima muy pobre.
13. Podemos sentir Culpa.
Todo esto mencionado arriba es la ruta que te lleva a la depresión si se convierte en algo contante y sin salida. Porque deforma pasajera es normal.
En el llamado y el ministerio experimentamos estas 13 cosas al igual que Jeremías. Lo que cada siervo debe hacer es mantenerse fiel, y orar que Dios valla revelando en su tiempo su propósito en nosotros. Cuando logramos ir viendo el propósito de Dios para nosotros, no tenemos que compararnos con nadie, ni hacer lo que todo el mundo hace.
Hay situaciones dentro del ministerio que son necesaria, y otros pueden darle una mala interpretación y frustrarnos.
Pablo tuvo tremendo llamado, y de mucha victoria que parecían fracaso porque andaba enfermo y padeciendo. Pero su llamado requería el padecimiento, eso fue lo que Dios decidió.
Hechos 9:16 Dice: 16porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.
El propósito de Dios es lo más importante. Ser parte del proposito es un privilegio, pero en cientos de veces no llegamos a comprenderlo, ni entenderlo. La razón por la cual no lo entendemos es porque son los caminos de Dios, no los nuestros.
El padecimiento del creyente tiene 5 razones:
1. Perfeccionar
2. Afirmar
3. Fortalecer
4. Establecer.
5. La gloria de Dios.
10Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. 11A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 1 Pedro 5:10-11
Habrá tiempo donde no entenderemos lo que Dios está haciendo. Pero servimos a un Dios de propósito. Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:28
Pastor Abraham Luciano
Un síntoma es la señal de que hay una enfermedad. ¿Cuál era la enfermedad de Jeremías o la causa del síntoma?
Todo el que predica la verdad de Dios, tendrá esos síntomas, porque el llamado es más fuerte que el que predica. Es importante entender que el llamado de Jeremías no fue fácil, él no tenía el tipo de mensaje donde los aplausos o la ovación de la gente son imparable. Jeremías tenía un mensaje de lo que la gente no querían escuchar.
Jeremía empezo a declarar lo siguiente:
7Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. 8Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. 9Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. 10Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza. Jeremías 20:7-10
Jeremías pasó por el desánimo, tenía que aceptar su llamado no por los resultados, sino por obediencia, dejando que Dios diga y haga lo que en su soberanía quería. Este tipo de llamado en estos tiempos es sinónimo de fracaso, ya que todo es medido según los grandes resultados. La verdad es que siempre habrá resultado, sea visible o no. Pero el resultado que se ve sirve de motivación para creer en lo próximo.
Jeremías se vio peleando contra la voluntad de Dios. Su lucha empezó cuando él quería imponer lo que él quería, para que el asunto fuera más fácil, pero Jeremías hablando de Dios dice: más fuerte fuiste que yo, y me venciste…
En nuestro llamado no debemos acomodar el asunto a nuestra voluntad y a las cosas que nos gustan. No debemos luchar contra la voluntad de Dios, porque al final lo que debe triunfar es la voluntad de Dios, aunque seamos encarnecido.
Jeremías dijo: cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí.
Es normal que la reacción de Jeremías fuera tratar de que esa situación de todos los días cambiara. Era una situación de deshonra, de ofensa. Jeremías consciente de la razón que causaba esta situación deprimente llega a la conclusión de que la palabra de Jehová le ha sido para afrenta y escarnio cada día. En el caso de otros predicadores interpretan que por causa de su propia palabra es el problema y buscan las formas de cambiarla, pero Jeremía no tenía opción, él sabía que la palabra era de Dios.
Cuando Jeremías decide no hablar, él no puede dejar de decir lo que Dios está diciendo, ya que en él está lo que viene en un verdadero llamado, un fuego sobrenatural. Es por eso que le escuchamos testificar: …había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude.
Hebreos lo dice de esta forma:
7Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego. Hebreos 1:7
Dios es el que hace a sus ángeles y a sus ministros de la forma que Él ha determinado. Los tiempos o la moda del momento no es la que nos debe dar forma, somos como Dios lo ha determinado en su propósito.
Jeremías sabía que era diferente y que sus resultados eran muy pobre. Según la idea de lo que el hombre llama éxito, Jeremías estaba en fracaso, pero el que hace la voluntad de Dios es el que es un verdadero exitoso. En la forma que Dios ve las cosas es más allá de lo que ven nuestros ojos y más allá de la idea filosófica de lo que hoy se le llama éxito.
En Apocalipsis capitulo tres, está la Iglesia Laodicea la cual es una descripción de una iglesia bendecida según estos tiempos. Esta iglesia era:
1. Rica
2. No tenía necesidad.
Si Jeremías hubiese sido el pastor de esta Iglesia no tendría lamentos porque todos lo iban a mirar con agrado, su éxito según el mundo causaría en otro una gran admiración y no burlas y ofensas. Pero, ¿Cuál estaba mejor? ¿Jeremías o el Pastor de la Iglesia Laodicea de apocalipsis?
Hagamos un recordatorio de lo que Dios le dijo a Laodicea en Apocalipsis 3:14-22:
17Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. 18Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. 19Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. 20He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. 21Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 22El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Es sorprendente que lo que se estaba llamando así mismo, rico y sin necesidad, Jesús lo veía como:
1. Desventurado
2. Miserable
3. Pobre
4. Ciego
5. Desnudo.
Yo estoy convencido que lo que vemos en muchas ocasiones como fracaso en nuestro ministerio, es lo que en la voluntad de Dios está bien. ¿Cómo era que estaba la iglesia de Esmirna? En tribulación y pobreza, y Jesús le dijo: …pero tú eres rico. Apocalipsis 2:9
Nuestra victoria debe ser a la manera de Dios. Todo lo que está en la voluntad de Dios está en victoria. La Biblia dice: Hay quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada; Y hay quienes pretenden ser pobres, y tienen muchas riquezas. Proverbios 13:7
El síntoma de Jeremías era un deseo de abandonar la visión por los resultados, no podría decirte que él estaba en depresión, pero si estaba pasando por la ruta que lleva a ella. En la vida todos estamos expuesto a pasar por estas rutas, pero si lo único que hacemos es ir en ella y luego tomamos otra alternativa, no se puede calificar que tenemos depresión. El problema es que no salgamos de la ruta la cual se convertirá en depresión.
Ninguna congregación debe permitir que su pastor se convierta en un trabajador 24/7, 365 días, porque perderá la eficacia y se puede enfermar. Un Conocido siervos de Dios, llevo una vida de oración impresionante, tuvo que dejar de pastorear por 2 años o se moriría. Un siervo tuvo que quedarse en su casa por 4 meses enfermo. Hay veces que se nos olvida que somos humanos con un cuerpo que con el tiempo se puede enfermar.
Es normal que nos sintamos:
1. Triste
2. Ansioso
3. Con el ánimo muy bajo.
4. Preocupados.
5. Sin interés
6. Pensar que lo que estamos haciendo ya no tiene sentido.
7. Cansados o perdida de energía.
8. Tener dificulta para tomar decisiones.
9. Impotencia antes cientos de situaciones.
10. No saber qué hacer.
11. Llegar a pensar que no hay esperanza.
12. Llegará menospreciarnos a nosotros mismo con una autoestima muy pobre.
13. Podemos sentir Culpa.
Todo esto mencionado arriba es la ruta que te lleva a la depresión si se convierte en algo contante y sin salida. Porque deforma pasajera es normal.
En el llamado y el ministerio experimentamos estas 13 cosas al igual que Jeremías. Lo que cada siervo debe hacer es mantenerse fiel, y orar que Dios valla revelando en su tiempo su propósito en nosotros. Cuando logramos ir viendo el propósito de Dios para nosotros, no tenemos que compararnos con nadie, ni hacer lo que todo el mundo hace.
Hay situaciones dentro del ministerio que son necesaria, y otros pueden darle una mala interpretación y frustrarnos.
Pablo tuvo tremendo llamado, y de mucha victoria que parecían fracaso porque andaba enfermo y padeciendo. Pero su llamado requería el padecimiento, eso fue lo que Dios decidió.
Hechos 9:16 Dice: 16porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.
El propósito de Dios es lo más importante. Ser parte del proposito es un privilegio, pero en cientos de veces no llegamos a comprenderlo, ni entenderlo. La razón por la cual no lo entendemos es porque son los caminos de Dios, no los nuestros.
El padecimiento del creyente tiene 5 razones:
1. Perfeccionar
2. Afirmar
3. Fortalecer
4. Establecer.
5. La gloria de Dios.
10Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. 11A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 1 Pedro 5:10-11
Habrá tiempo donde no entenderemos lo que Dios está haciendo. Pero servimos a un Dios de propósito. Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:28