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Es pastor dijo: - le he enseñado a diezmar, pero sus respuestas es de indiferencia. Y yo no quiero manipular a nadie para que lo hagan.
Alguien que tenía el llamado a pastorear se indignó, y critico la acción de ese pastor, y se ofreció a pastorear la iglesia que no diezmaba.
El que se ofreció a pastorear esa iglesia dijo: - Nadie debe abandonar la iglesia porque no hay diezmo, lo importante no es el dinero, sino que adoremos y alabemos al Señor.
Luego abrió su Biblia y leyó en Habacuc 3:17,18
Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.
El pastor que se fue, entendía tres cosas de esa iglesia, por lo tanto sabía que Dios no estaba contento con ella:
1. Dios no está en primer lugar.
2. Son irresponsable.
3. Le están robando a Dios.
¿Tiene razón este pastor en las tres cosas mencionada arriba? ¿Porque no espero más tiempo? ¿Sería que se dio cuenta que los gastos del local terminaría llevándolo a desalojo?
El pastor nuevo de esa iglesia, empezó con mucho gozo y con una expectativa de fe sorprendente. Se añadieron más almas, se gozó más aun, y siguió orando para que Dios bendijera a esa congregación en forma grande. Al pasar seis meses, el nuevo pastor llego a la conclusión que la renta en los primeros 3 meses, se estaba pagando con muchos día de atraso de forma milagrosa. Pero que al sexto mes se deben tres meses de renta.
El nuevo pastor empezó a ayunar hasta que recibiera respuesta de parte de Dios, para que bendijera la congregación, antes que fuera llevada a corte. Mientras ayunaba por la bendición de ellos, lloraba al recordar lo que uno de los líderes que no diezmaba le dijo:
- Yo creo que Dios no lo llamo a usted para ser pastor, mire la crisis que estamos enfrentando.
Al tercer día del ayuno escucha la voz de Dios que le dice:
- 8¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Malaquías 3:8-10
El nuevo pastor rápido entendió que Dios no estaba siendo honrado, y que los diezmos y ofrendas que le pertenece a Dios, no se estaban dando, y como resultado, era una iglesia:
1. En desobediencia.
2. Estaba deteniendo la bendición personal de ellos, y por eso andaban siempre en crisis por más que pastor oraba y ayunaba por ellos.
3. El alfolís de la iglesia estaba vació, no podía suplir los gastos que una iglesia tiene.
4. Este acto de fe, es lo que abre los cielos en una congregación, no son ni los canticos, porque cantar negándonos a dar lo que ha Dios le pertenece no es parte del plan de Dios.
5. Las bendiciones que el nuevo pastor quería ver, no sería posible hasta que el pueblo entendiera la bendición de dar los diezmos y ofrendas. La Biblia dice: …probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Malaquías 3:10
El nuevo pastor enseño esto y lo acusaron de ser como el otro pastor que se fue, un manipulador, materialista, etc…
Al final esta Iglesia fue sacada del local, por orden de un juez. Tristemente, el que no entiende, o no tiene la revelación de la bendición de diezmar y ofrendar, le falla a Dios en esto. Es duro decir esto, pero así hay cientos de pastores esperando que Dios bendiga lo que no le da honra a Él. Orando y ayunando por la bendición del pueblo y el pueblo fallándole a Dios.
Debemos entender que Dios es un Dios de orden, y lo que el establece tiene un propósito de bendición para su pueblo. Adán y Eva mientras se mantuvieron en obediencia la bendición era evidente hasta que se comieron el diezmo. Era un solo árbol del cual no podían comer, de todos los demás podían comer. El diezmo es el 10% de lo que ganamos, queda un 90% que podemos gastar. Pero qué triste que al igual que Adán nos comemos el 10% que le pertenece a Dios.
Dios dijo: …vosotros me habéis robado. Malaquías 3:8 ¿Por qué Dios dice eso? Sencillamente, porque el quedarnos con lo que no es nuestro es un robo. Esto suena fuerte, pero es la verdad que puede liberarnos de nuestras crisis.
Nosotros los pastores no debemos conformarnos diciendo: que si alguien no lo hace Dios mandara o traerá a otros para que lo hagan para que su obra siga en bendición. Porque eso no es amar al que no lo hace. Esto debe ser enseñado en nuestras congregaciones para que la bendición sea derramada. No hay que abandonar la obra, es simplemente poner el orden de Dios en la congregación. Amen
Con amor Pastor Abraham Luciano